Comprender y ayudar al niño con sus necesidades emocionales, conductuales o de aprendizaje
Debido a los primeros acontecimientos estresantes de la vida que su familiar pudo haber experimentado, puede tener un mayor riesgo de problemas emocionales o conductuales. A continuación hay una lista de posibles términos y diagnósticos que puede encontrar. Por lo general, los proporciona un profesional de salud mental o conductual.
Los niños y adolescentes con ansiedad pueden experimentar miedo, preocupación o inquietud intensa que pueden durar largos períodos y afectar significativamente sus vidas.
Si la ansiedad no se evalúa y se trata temprano, podría ocasionar problemas como ausencias escolares repetidas o incapacidad para terminar la escuela; relaciones deterioradas con sus compañeros; baja autoestima; uso de alcohol u otras drogas; problemas para adaptarse a situaciones de trabajo; trastornos de apego; y trastornos de ansiedad siendo adultos.
Recurso:
Estas son afecciones neuropsiquiátricas comunes que afectan del seis al nueve por ciento de los niños en edad escolar y el cuatro por ciento de los adultos.
Los síntomas del ADHD /ADD pueden incluir dificultad para prestar atención, distraerse fácilmente, inquietud, actuar impulsivamente o dificultad para seguir las instrucciones.
La buena noticia es que con el diagnóstico y el tratamiento, los síntomas del ADHD/ADD se pueden disminuir sustancialmente y se puede mejorar la calidad de vida.
El ADHD/ADD puede estallar durante los períodos de estrés (como la escuela o el trabajo), en entornos grupales y cuando las tareas parecen difíciles o tediosas.
Las personas con ADHD a menudo son creativas y altamente enérgicas. Sin embargo, puede causar problemas en las relaciones y disminuir el rendimiento en el trabajo o en la escuela.
Recurso:
Solo en las últimas dos décadas se ha tomado muy en serio la depresión en los niños. Un niño deprimido puede pretender estar enfermo, negarse a ir a la escuela, aferrarse a un cuidador o experimentar sentimientos de preocupación. Los niños mayores pueden ponerse de mal humor, meterse en problemas en la escuela, ser negativos o gruñones y sentirse incomprendidos.
Recursos:
Los niños que han tenido experiencias adversas en la infancia (abuso recurrente, encarcelamiento de un miembro del hogar, negligencia o trauma) pueden ser más propensos a tener comportamientos no saludables, como abuso de sustancias, promiscuidad sexual, conductas de autolesión y trastornos alimenticios.
Las dificultades de aprendizaje son discapacidades que afectan la capacidad de comprender o usar el lenguaje hablado o escrito, hacer cálculos matemáticos, coordinar movimientos o dirigir la atención. Aunque las discapacidades de aprendizaje ocurren en niños muy pequeños, los trastornos a menudo no se reconocen hasta que el niño alcanza la edad escolar.
Recurso:
Todos los niños pueden ser difíciles de vez en cuando, particularmente cuando están cansados, hambrientos, estresados o molestos. Pueden discutir, responder, desobedecer y desafiar a los padres, maestros y otros adultos. El comportamiento de oposición es a menudo una parte normal del desarrollo para los niños de 2 a 3 años y los adolescentes primarios.
El comportamiento abiertamente poco cooperativo y hostil se convierte en una preocupación seria cuando es tan frecuente y consistente que se destaca en comparación con otros niños de la misma edad y nivel de desarrollo y cuando afecta la vida social, familiar y académica del niño. Los niños con trastorno de oposición desafiante (ODD) o trastorno de conducta (CD) tienen un patrón continuo de comportamiento no cooperativo, desafiante y hostil hacia las figuras de autoridad que interfiere gravemente con el funcionamiento diario de un niño.
Recursos:
Los niños que han estado expuestos a un trauma (abuso, testigos de violencia, experimentan una enfermedad potencialmente mortal) corren el riesgo de desarrollar PTSD. Los síntomas del trastorno de estrés postraumático en los niños pueden durar mucho tiempo y pueden incluir recuerdos perturbadores o recuerdos retrospectivos, pesadillas repetidas, sentirse nervioso y ansioso, o sentirse emocionalmente entumecido.
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